Estaba echándome la siesta y de repente, mi abuelo apareció medio borracho y me despertó. No tenía claras sus intenciones, pero lo noté demasiado cariñoso y me quedó claro que buscaba echarme un buen polvo. Al principio tuve mis dudas, pero decidí ser un poco golfa y al mismo tiempo generosa, así que me ofrecí para que se desfogase con mi coño y al final, disfruté de su energía en la cama con una follada que fue todo un placer para los dos.