Tras volver a su despacho después de una reunión de trabajo, esta zorra tetona se topó con uno de sus empleados pajeándose. Se quedó asombrada con el pedazo de rabo que tenía entre las piernas el mulato y como no, quiso probarlo. Hizo un descanso de tanto curro, para hacerle unas buenas pajas cubanas y luego, montar sobre ese enorme pollón como una fiera hasta correrse de gusto y terminar bien satisfecha.