Esta ama de casa quería darse una ducha relajante, pero algo pasaba en sus cañerías que no tenían la suficiente presión. Decidió llamar al fontanero y éste le echó un vistazo, arreglando el problema en seguida. Pero cuando se vio a solas con él, la señora decidió flirtear un poco y usó sus pechos para atraer su atención, hasta ponerlo cachondo y lograr del chico un polvazo, con el que se cobró su trabajo.