Estaba tumbada en la cama y cuando su novio se acercó, esta gorda pelirroja no se pudo resistir a chuparle la polla. Mientras lo hacía, cogió la cámara del móvil y la dejó en la mesita de noche para grabarlo todo. Tras un rato sacando brillo a su verga, se puso a cuatro patas y empezó a gemir de lo lindo, mientras el chaval le daba duro a su coño. Fue un polvete improvisado, pero muchas veces esos son los mejores y viendo su cara, quedó claro que se lo pasó en grande.