Cuando tiene un rato libre, Abella Danger y su amiga Janice Griffith aprovecha para hacer ejercicio al aire libre y mantenerse en forma. Lo que pasa es que tienen un nuevo vecino muy salido, que a veces se esconde tras unos matorrales para espiarlas y disfrutar de las vistas. Hasta que un día ambas morenas lo pillaron y fueron a por él, pero no para echarle la bronca. En lugar de eso, le dejaron saborear sus chochitos y terminaron en el sofá del salón compartiendo su polla en un trío que acabó con su fijación para siempre.