Tras coger un avión para hacer turismo, la guapa Ana Ribera es recibida por unos chicos que le ofrecen su furgoneta para que disfrute del paseo. Pero al final la chica apenas mira los edificios ni los paisajes, ya que se centra más en el rabo de uno de los chavales. Y es que mientras otro conducía, ella se zampaba ese rabo en el asiento trasero, donde lo montó como una zorra hasta llegar al orgasmo mientras veía como el resto de conductores les observaban.