Después de un largo viaje, la cuñada tetona de este chico llegó a su casa para quedarse unos días. Pero en cuanto le abrió la puerta, la chavala se abalanzó sobre él para besarle y de paso tocar su paquete. No se esperaba esa reacción, pero intentó olvidarla y hacer sus cosas. Ella fue al baño para darse una ducha y allí volvieron a tener un encuentro caliente. La jovencita fue muy insistente y le dio igual que fuese el esposo de su hermana, así que aprovechó el momento de la siesta para comerle la polla y follárselo, mientras su hermana estaba fuera de compras.