El morbo que despertó esta guapa asiática en él fue muy grande, así que hizo lo posible por ligar con ella y consiguió que acabase en su habitación de hotel. Los dos sabían como acabaría la noche y al final, pronto sofocaron sus ganas de sexo en la cama. Ella chupó su polla como una auténtica profesional y él, le devolvió el favor comiéndole el coño. Pero entre medias la oriental cabalgó su polla sensualmente, gozando poco a poco de un polvazo donde los dos se entregaron a fondo.