Después de una larga persecución y de un tiroteo, al final esta asiática acabó detenida y metida en el calabozo a la espera de juicio. La morena no quería pasar ni un minuto más entre rejas, así que intentó llamar la atención del detective con su cuerpazo y con sus tetas. Empezó a insinuarse tras los barrotes y acabó chupándole la polla como una golfa. En ese momento abrió la puerta y se fue a por ella, hasta darle duro a su coño en una follada muy intensa, que la oriental aprovechó para terminar fugándose.