Tras servir perritos calientes, Bridgette B manchó sin querer a uno de sus clientes con salsa de tomate. La rubia le dijo que pasase dentro para limpiarle, donde no pudo evitar fijarse en el bulto en sus pantalones. Pronto siguió curioseando hasta descubrir el pedazo de «salchicha» que tenía entre las piernas. No pudo evitar llevársela a la boca y tras cerrar el negocio, terminó disfrutando de un buen polvo con su cliente en la cocina. Y es que cuando a este pibón le entran las ganas de sexo, no hay quien la pare.