Justo antes de cerrar el local, esta camarera tetona tuvo que atender a todo un equipo de baloncesto. Los mulatos estaban encantados con la chica, aunque sobre todo con ese par de ubres que asomaban a través de su escote. No pararon de flirtear con ella, hasta que al final la muy golfa salió de donde estaba y terminó follándoselos a todos. De hecho, hasta dejó que uno de ellos le penetrase el culo, antes de disfrutar de un bukkake en medio del restaurante.