Este chico se dedicaba a grabar porno con chicas anónimas y atrevidas, por eso siempre buscaba por la calle a aquellas más atrevidas y que estuviesen dispuestas a follar delante de una cámara. Un día conoció a dos francesas, una morena y otra pelirroja, cada cual con sus virtudes físicas. La pelirroja estaba más rellenita y tenía unas buenas tetas, pero la morena tenía una cara de golfa brutal. Empezó a charlar con ellas y logró convencerlas para grabar una escena, empezando por darse placer ellas mismas para luego compartir su polla en un trío.