Cada uno fue por su lado, buscando a alguna chica atrevida que pudiese formar parte de su fantasía. Entre la multitud vieron a una joven pelirroja y tras seguirla, tuvieron una charla y la convencieron para que participase en un trío casero. Parece que le daba mucho morbo la idea y en cuanto llegaron al piso de la parejita, se pusieron manos a la obra. Ambas golfillas compartieron esa polla y se fueron turnando para montarla, dejando al chico agotado pero con una sonrisa de oreja a oreja.