No quiero que pasen mis mejores años sin disfrutar de las experiencias más calientes y por eso, quise aprovechar mi juventud para gozar de sexo salvaje. El otro día quise probar un trío casero y pensé en algunos de mis amigos para que se animasen a darme caña. Dos de ellos tenían fama de ser unos sementales, así que les invité a mi piso y pasamos una noche inolvidable. Además coloqué una cámara frente a la cámara para guardar ese momento y recordarlo siempre que quisiese, mientras los dos se iban turnando para darme duro… que es como más me gusta follar.