Esta chica necesitaba que alguien la pusiese más en forma y por eso, ahora tiene un entrenador personal que le ayuda sugiriéndole ejercicios. Pero se ve que el tipo no anda con muchas ganas de trabajar ese día y se pasa el rato diciéndole chorradas, mientras se bebe una cerveza. Estaba claro que no podría aprovechar el día y al final, la golfilla prefirió sudar con él en un sofá, donde cabalgó su rabo e hizo ejercicio follándoselo a lo bestia.