Desde que conoce a la madre de su amiga, siempre ha tenido una imagen de ella muy formal, pero lo cierto es que la madura esconde algunos secretos. De hecho una tarde al ir a devolverle un utensilio de su cocina, pudo verla vestida con un traje muy sensual, un sobre con mucho dinero y un consolador sobre la encimera. No sabía muy bien que decir, pero pronto la milf le dejó claro cuales eran esos gustos tan especiales. Empezó a meterle mano a la jovencita y a quitarle la ropa, hasta masturbar sus agujeritos y marcarse con ella una follada lésbica, de la cual jamás volvieron a hablar y que disfrutaron por todo lo alto.