Por culpa de su trabajo, el marido de esta morenaza se pasa bastante tiempo viajando y hay periodos en los que ella se pasa todo el día sola en casa. Le echa de menos y sobre todo añora tener a mano su polla para disfrutar de sexo con él. Afortunadamente con internet y su ordenador, pueden comunicarse a diario y una tarde ella quiso darle una sorpresita. Le hizo una videollamada donde empezó a mostrar sus curvas, para luego usar un dildo y sus propias manos, masturbándose hasta experimentar squirting vaginal. Soltó todos sus fluidos como si de un géiser se tratase, dejando a su esposo con las ganas mientras disfrutaba del espectáculo.