Parece que esta rubia anda algo perdida en esta ciudad, aunque va a tener suerte ya que dos mulatos la recogen y le ofrecen su habitación de hotel para que pase la noche. Ella no solo acepta irse con los dos sino que nada más llegar, les agradece su hospitalidad de la única forma que sabe hacerlo. Así que ni corta ni perezosa se quita la ropa y en seguida, tiene a los dos mandingos encima dándole rabo por turnos, en un trío interracial que seguramente tardará en olvidar de lo bien que se lo acabó pasando.