Normalmente voy sola al gimnasio, pero una mañana mi mejor amiga quiso que hiciésemos ejercicio juntas. Como ella lleva más tiempo yendo, hice hice la misma rutina que ella y empezamos a sudar como nunca. Pero en un momento dado quiso ayudarme al colocarme en cierta postura y solo con tocarnos, pude notar como la cosa se calentaba. De hecho terminamos bastante cachondas y como no había nadie cerca, aprovechamos para besarnos y quitarnos la ropa. Terminé con mi coño al aire y gimiendo mientras ella me lo comía, acabando por quemar calorías con el mejor ejercicio del mundo: el sexo.