Mientras esperaba a su joven ligue junto a un restaurante, esta gorda tetona ya pensaba en lo que pasaría después, ya que estaba deseando probar su polla. El chico la agarró de la mano y entraron al local, pero no pudieron resistirse más y buscaron el momento perfecto para encerrarse en el baño. Cerraron con llave y comenzaron con el tema, haciéndole unas pajas cubanas brutales junto al lavamanos, para después gemir mientras le daba caña una y otra vez, llamando la atención de alguno de los camareros.