No era la primera vez que este joven mulato pasaba por casa de su amigo y se fijaba en su madre, una milf con mayúsculas y algo gordita, pero con un poder de seducción muy grande. Una tarde acabaron solos en el salón, mientras el hijo de esta golfa salía a por aperitivos. Fue entonces cuando la cuarentona tuvo claro que debía aprovechar el momento, seduciendo al negrito y probando su enorme rabo en un polvazo interracial muy intenso.