Tras ir de compras, esta jovencita se paró en un parque a descansar los pies y a disfrutar del mar. Pero al poco rato, un desconocido se le acercó con una oferta que no pudo rechazar. Vio a la chica muy mona y le dijo que si estaba interesada en grabar porno, algo con lo que podría ganarse un buen dinero. Al principio tenía sus dudas, pero cuando oyó lo que iban a pagarle, la muy golfa se fue con él hasta un hotel cercano, donde acabó probando rabo ante una cámara y terminó con su cara cubierta de lefa.