Tras invitar a una amiga a pasar un rato en la piscina de casa, Samantha Rone empezó a charlar con ella sobre temas más íntimos. Las chicas se lo cuentan todo y le confesó que tenía curiosidad por practicar sexo con una chica como ella. Lo dejó caer sin intención alguna de que pasase algo, ya que no quería perder su amistad. Pero nada más comentárselo, la cosa se desmadró y al final ambas rubias terminaron sin sus bikinis y comiéndose los coños sobre la hierba.