Durante sus vacaciones, esta joven rusa tuvo que recurrir a un motel para ahorrar dinero y poder así pasar las noches. Lo malo era que tendría que compartir habitación muchas veces, aunque como vemos parece que tuvo suerte al coincidir con un chico mulato. Y es que antes de meterse en la cama, se fijó en el pedazo de polla que le colgaba y no pudo resistirse a agarrársela. Al ver lo dispuesta que estaba la rubia, el negro no tardó en levantarse y en ir a por ella, terminando la noche con una follada interracial que ambos disfrutaron.