Decidí hacerme un chequeo, ya que hace mucho tiempo que no voy a una consulta y quería comprobar que sigo en forma. Lo que no esperaba encontrarme cuando fui a las pruebas, es que la doctora iba a estar tan buena y sobre todo, que iba a tener un par de pechazos tan enormes. No podía evitar mirárselos y ella se dio cuenta de mi fijación, hasta acabar pasando del reconocimiento médico y poner a prueba mi ritmo cardíaco, con una follada en su consulta.