Tras pasar por su sexshop de confianza, Little Caprice se hizo con un dildo bien gordo y fue a casa a probarlo en seguida. La morena estaba cachonda perdida y solo de pensar en usarlo ya andaba mojadita. En seguida se quitó la ropa y se puso cómoda, para sentir bien a fondo ese juguetito que tanto placer le acabó dando. Gritó y gimió como nunca mientras se metía hasta el fondo ese pedazo de rabo de plástico, el cual consiguió llevarla al orgasmo varias veces hasta terminar con su rico chochito bien mojado.