Con su pedazo de coche, este chico quiso hacer una prueba y ver como de zorras eran las chicas con las que se cruzaba. Cada vez que aparcaba, sacaba su polla y se pajeaba esperando a que alguna chica le echase una mano. De repente una española gordita y tatuada decidió ayudarle y aunque tenía novio, no dudó en acompañarle a un sitio apartado. Empezaron a besarse y al final, terminaron teniendo sexo en público en el asiento de atrás, mientras algún transeúnte les miraba y se masturbaba con la escena.