Nunca en su vida se habría planteado grabar porno, pero esta mexicana de apenas 20 años necesita pagarse la universidad y no ha tenido más remedio que aceptar follar delante de una cámara. Eso si, le pide al chico que tape su cara y que no se la reconozca, mientras ella se quita la ropa y se prepara para un polvazo. Al final, parece que disfruta de ese rabo en una follada a pelo, donde llega al orgasmo varias veces y termina más que contenta con la experiencia.