Hacía un día de sol tan espléndido, que esta morena culona lo tuvo claro y quiso aprovecharlo para coger un buen bronceado. Lo que pasa es que tampoco quería quemarse y por eso, le pidió a su vecino que le pusiese crema. El problema es que está tan buena que al final, al chico se le puso la polla dura como una piedra y como no, ella quiso probarla. Así que le invitó a pasar a su casa y fueron directos al dormitorio, donde se marcaron un polvazo y de paso, lo grabaron todo con el teléfono en primera persona.