Desde no hace demasiado tiempo, esta negra tetona comparte piso con un chico de su facultad. Cada vez que se cruzan por el pasillo, al chaval se le van los ojos hacia sus ubres o su culazo. Es más que normal, ya que la mulata tiene un cuerpo espectacular y sus leggings y tops apretados hacen que destaque aun más. Pero una tarde a solas la negra quiso ir a más en su relación con el chaval y tras meterse en su cuarto, le puso delante de la cara sus melones y el chico no se pudo resistir. El calentón fue demasiado grande, así que se bajó los pantalones y le metió un buen polvo, mientras ella gemía como una golfa en su cama.