Necesitaban a otro jugador para la partida de poker y encontraron en esta tetona por la calle, a la que le ofrecieron jugar. Ella aceptó pero al verse rodeada de negros en medio de esa sala, salió a relucir su lado de golfa y acabó con las tetas al aire. Nada más vérselas, los mulatos acabaron empalmados y como no, ella echo mano de sus rabos para sacarles brillo y prepararse para un bukkake que dejó su cara embadurnada en lefa.