Escuchó unos gemidos procedentes del cuarto de su compañera de piso y al mirar, se la encontró en pelotas y masturbándose en la cama. Se puso a mirar desde la puerta pero al final, ella le pilla de lleno y le pide explicaciones por invadir su intimidad. Parecía que iba a haber bronca, pero al ver el empalme que llevaba encima, la jovencita decidió aprovechar el momento. Se lo llevó de la mano a la cama y tras chupársela, pasaron una tarde de sexo juntos que acabó con el calentón que ambos sentían en ese momento.