Con ese sol espléndido, era un día perfecto para lucir palmito en la playa. Fue lo que hizo esta mulata, pero pronto un chico se acercó y empezó a ligar con ella. Le siguió la corriente porque a la chavala le encantan los blanquitos y al final, se fue con él a su casa, donde terminaron echando un polvete interracial en el que meneo sus caderas sobre esa polla dura.