La verdad es que cuando conocí a esta milf japonesa, me quedé prendado de ella. Tenía todo lo que me daba morbo en una mujer: rasgos exóticos, un buen par de tetas y experiencia. Empezamos a charlar y logré convencerla para que se viniese conmigo a casa, donde poco a poco me fue mostrando sus «virtudes». Se quitó la ropa y exhibió esos melones naturales y su coño peludo. La verdad es que me gustan depilados, pero el morbo que me generó fue tan grande que al final, me dio igual y lo penetré a gusto mientras ella no paraba de gemir.