Un día charlando con una e mis amigas más golfas, empezamos a comentar nuestros últimos encuentros sexuales y charlamos sobre nuestras fantasías. Las dos teníamos una en común, como era la de experimentar un bukkake con varios chicos. Hicimos una cosa y tras revisar nuestras agendas, compartimos a nuestros follamigos y quedamos en un hotel. Una vez todos juntos, nos dimos un festín chupando sus pollas y luego ambas recibimos varias corridas en la cara, hasta acabar con esa fantasía tan recurrente.