Después de hacer unas cuantas tareas para su jefa, este chico vio como la rubia tetona le hacía llamar a su despacho. Quiso darle unas nuevas órdenes y de repente, escuchó como la muy golfa le pedía que le enseñase la polla. Pensaba que se habría equivocado pero luego, le dijo que le comiese el coño sobre la mesa. Acabó siguiéndole la corriente y una cosa llevó a la otra, hasta subirla sobre la mesa de su oficina para echarle un polvo con el que la chica quedó bastante contenta.