Su padre la mandó de compras, pero esta rubia de coletas no cumplió con su tarea, ya que se fijó en un mulato del supermercado y no pudo dejar de pensar en su rabo negro. La chica flirteó con él, hasta acabar yéndose a su casa, donde no dudó en seducirle sobre el sofá. Ella siempre había sido una buena chica, pero hoy sacó su lado de zorra y lo dejó claro tas chupársela al negrito, que disfrutó de sus mamadas y de su chochito mientras la perforaba en el salón.