A esta rubia le encanta hacer guarradas, así que se colocó una caja a modo de regalo sobre la cintura y empezó a pasear cerca de una facultad. Cada vez que aparecía un chico, le dejaba meter mano en la caja y acariciar su coño, hasta dar con un universitario que quería hacer con ella algo más. Se fueron juntos a un lugar más íntimo y como vemos, no tardaron en quitarse la ropa para grabar porno duro. La chica se sorprendió con el rendimiento del chaval, que le dio duro en la cama y consiguió calmar sus ansias de sexo.