Puede que esté muy gorda y que la mayoría de hombres no se fije en ella, pero esta secretaria se conforma con que lo haga uno solo… aunque sea su jefe. Entre ella y su superior hay una aventura y de vez en cuando, se encierran en el despacho para dar rienda suelta a su pasión. Hoy le recibe desnuda y abierta de piernas sobre su escritorio, con su coño listo para un buen polvo donde ambos terminan bien satisfechos.