Siempre que coincide con su vecina tetona, se queda embobado mirándole el escote y como no, la morena se ha dado cuenta. Tras coincidir en la calle, la señora tanteó al yogurín y decidió llevárselo a casa, donde le tenía preparada una sorpresa. Y es que ella adora el porno y a veces protagoniza alguna escena casera, así que aprovecha la fijación del chico para grabarse en plena faena. No pudo resistirse a sus pechotes y al final, los dos le dieron caña al sexo en el salón, donde el chico le demostró a la señora que es todo un semental.