Hace tiempo pasé por un sexshop y me compré un consolador para añadirlo a mi colección de juguetes. Pero por culpa del trabajo y de otras cosas, hasta ahora no he tenido tiempo para probarlo. Una tarde los planes con mis amigas se anularon, así que encontré el momento perfecto para usar mi nueva adquisición. Quise sentirme sexy y me puse unas correas de látex, mientras colocaba esa polla de plástico sobre una silla. Luego me subí encima y poco a poco, empecé a notar como los orgasmos me iban llegando uno detrás de otro.