Conozco al mejor amigo de mi hijo desde que eran pequeños y ahora que ya tiene 21 años, le he visto transformarse en todo un hombre. El chico no sabe que de vez en cuando, me gusta grabar porno y un día cuando salió de su entrenamiento de fútbol, quise invitarle a grabar una escena. Sabía que el jovencito me tenía ganas y no me costó para nada convencerle. Así que nos fuimos a mi casa y tuvimos sexo salvaje en el sofá, mientras nos grababan con una cámara hasta terminar más que satisfecha y pedirle que por favor no le dijese nada de lo sucedido a mi hijo.