Escuchó rumores sobre un compañero de clase, los cuales daban a entender que el chaval era todo un semental, así que Daisy Stone decidió comprobar si eran ciertos. Tras las clases, la universitaria culona se lo llevó a su habitación de la residencia y empezó a flirtear con él, hasta quedarse en pelotas delante suyo. Ver sus nalgas lo pusieron cachondo enseguida y cuando bajó sus pantalones, vio que todo lo que se decía de él era cierto. Así que le comió la polla como una profesional y luego, se puso a cuatro patas y disfrutó siendo embestida por el jovencito, que la dejó chorreando de gusto en la cama.