Después de pasarse toda la cita insinuándose, esta zorra gordita le dejó claro a su nuevo ligue que quería probar su rabo. La chica se pasó todo el día exhibiendo su culazo en la calle y mostrando esos pechotes, mientras se hacía selfies en público. Cuando ya no pudo más, el chaval se la llevó a un hotel y los dos se fueron directos a la cama, donde no tardaron en quitarse la ropa para follar duro. Además ella le pidió que lo grabase todo y como vemos, el resultado final fue un polvete en primera persona que no tuvo desperdicio.