Tengo varias amigas con las que comparto de todo, pero hay una con la que me gusta disfrutar de una de nuestras adicciones: el sexo. A las dos nos encantan las pollas y cuando le comenté lo que había montado, no dudó en apuntarse. Había reunido a varios chicos en mi apartamento y entre las dos, nos comimos todas esas vergas una detrás de otra. Fue toda una gozada pero lo mejor fue el final, ya que me puse de rodillas y dejé que uno a uno eyaculasen en mi cara, haciendo que gozase de un bukkake bestial.