Tras tener delante el coño de su joven paciente, la doctora Dana Dearmond no pudo evitar manosearlo de un modo especial. Ella siempre presume de lo profesional que es, pero llegó un momento en el que no pudo aguantarse más y decidió comérselo en su consulta. La jovencita no se esperaba esa reacción, pero le siguió el juego hasta que finalmente, las dos acabaron gimiendo de gusto con una follada lésbica que las dejó a ambas bien mojadas.