No tengo limites en cuanto al sexo y normalmente no hay hombre que se me resista… hasta ahora. Quería llevarme al huerto a un hombre casado, el cual me daba mucho morbo pero que no me daba bola. Decidí presentarme por sorpresa en su casa y me disfracé de Cupido, con una lencería roja muy sexy y un arco con flechas. Lancé mi «flecha de amor» y enseguida surtió efecto, poniendo su polla dura y metiéndonos en la cama para darle al tema. Chupé su polla y lo tuve encima toda la tarde, disfrutando al fin de esa follada que tanto necesitaba.