Gracias a su novio mulato, el sexo es una maravilla ya que con el rabo que tiene el chico, siempre consigue los mejores orgasmos. Pero hasta ahora la linda rusa no se había atrevido a practicar sexo anal, a pesar de que tiene curiosidad por practicarlo. Le daba un poco de miedo sentir dolor, sobre todo con el pollón de su chico, aunque una tarde parece que se olvidó de l tema. Acudió al salón y tras ponerle bien a tono, le ofreció su trasero y el negrito no dudó en darle por detrás, hasta abrir su ojete sin piedad y lograr que gozase como nunca.